Un mártir carmelita mexicano entre los nuevos beatos
Gabriel Escoto estuvo casado y junto a su mujer abrazó la vida religiosa
MADRID, domingo, 4 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Entre los mártires beatificados el 28 de octubre en Roma, es curiosa la peripecia personal del mexicano Gabriel Escoto Ruiz, que en la vida religiosa eligió el nombre de José María.
Carmelita descalzo originario de Atotonilco el Alto, en el occidental estado de Jalisco, México, estuvo casado y, junto a su mujer, ambos decidieron abrazar la vida religiosa. Tenía 57 años cuando murió fusilado en Lérida, España.
Nació el 10 de agosto de 1878, en el rancho Agua Caliente. En 1900 se mudó a la Ciudad de México y en 1926 se casó con Rosa Orozco.
Tras ocho años de matrimonio, Gabriel y Rosa decidieron iniciar la vida religiosa y viajaron a Roma para obtener un indulto apostólico, el cual les fue otorgado en marzo de 1935.
Gabriel ingresó en la Orden de los Carmelitas Descalzos. El 14 de octubre de 1935, vistió por primera vez el hábito de novicio y esperaba profesar sus votos un año después, pero la persecución religiosa se lo impidió.
Tuvo que abandonar el convento, fue apresado y fusilado el 28 de julio de 1936, a la edad de 57 años, junto con sus compañeros de comunidad en la localidad de Clot dels Aubins, Lérida.
La causa de beatificación de este grupo de 17 carmelitas martirizados en Cataluña toma el nombre de Ángel María Prat Hostench, el primero de la lista.
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